Uno de nuestros mejores editores era genial. Hasta que dejó de serlo. Dennis, cuyo nombre se ha cambiado aquí por razones de privacidad, es un gran colega y amigo nuestro, guapo, exitoso en su carrera y con una gran relación a largo plazo. Alguien que se podría decir que lo tiene todo.
Se graduó en la Universidad de Georgetown con un máster en literatura y no tardó en ascender de escritor a editor. Dennis era una inspiración. Excepto por un terrible problema.
En un momento dado, Dennis empezó a distanciarse de la oficina y de nuestro equipo. Sufría mucho estrés y ansiedad, y los signos se hacían notar: empezó a tener canas, a desarrollar brotes de acné y a sufrir dolores de espalda. Tenía éxito, pero los efectos secundarios de las largas jornadas de trabajo le estaban afectando.
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