Muchas gracias. Gracias, gracias, a todas y a todos por darse el tiempo de estar esta mañana aquí.
Me siento muy contenta. Muchas gracias por su apoyo.
Si alguien me hubiera preguntado cuando yo era una niña qué quería ser cuando fuera grande, no hubiera podido contestar. En ese entonces ni siquiera sabía si podría ir a la secundaria.
Jamás hubiera imagino que yo podía estar aquí delante de ustedes, en las circunstancias en las que hoy estamos.
En ese entonces, y aunque mucha gente no lo imagine, mi sueño era bañarme en una regadera de esas que conocí por primera vez cuando tenía 10 años.
Pero la verdad en el fondo sólo tenía un gran anhelo: sacar a mi madre de la violencia y la pobreza en la que vivíamos allá en el pueblo.
Quería dejar atrás el miedo, el terrible miedo y vivir una vida mejor. Y esto es precisamente lo que sueño para todas las familias mexicanas: vivir sin miedo y vivir mejor.
Esa es la misión que me guía día a día, en cada decisión y en cada acción.
¿Es posible? Sí, es posible. Lo sé, porque lo logré con mi madre, a quien desde aquí le mando un beso al cielo y le agradezco a ella y a mi padre por haberme enseñado el valor del trabajo y de la honestidad.
Mi vida es testimonio de que con una tenacidad y constancia se puede vencer a la adversidad.
Vengo del México profundo, donde debemos esforzarnos el doble para tener comida en la mesa; vengo de un árbol de raíces milenarias, soy una mujer orgullosa de su origen hñähñu, que ha recorrido un largo camino de trabajo y esfuerzo para estar parada delante de ustedes.
Y aunque a algunos no les guste, sí, soy la niña que vendía gelatinas y tamales para ayudar al sostén de su familia.
Y por eso entiendo y defiendo a quienes se parten el alma trabajando todos los días desde antes que amanezca.
Soy la joven estudiante que se abrió paso gracias a la educación y la perseverancia. Por eso entiendo y defiendo a los jóvenes que quieren estudiar para ser mejores.
Soy la empresaria, ingeniera preocupada por generar oportunidades de empleo e innovación. Por eso entiendo y defiendo a quienes producen, arriesgan y se esfuerzan.
Soy la funcionaria que cree que al servicio público sólo se debe llegar si tienes un profundo amor por el prójimo. Aquí, no se viene a hacer dinero, se viene a servir. Y por eso estoy aquí, ante ustedes.
Superarme no fue sencillo, requirió valor y carácter. Pude haber claudicado muchas veces, motivos y obstáculos no me faltaron, la verdad de las cosas es que lo he intentado más de una ocasión, y ya se me fue el discurso.
Coro: ¡Presidenta! ¡Presidenta! ¡Presidenta!
Ing. Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz: Bueno, como ya no hay discurso, voy a improvisar.
Queridas amigas y amigos:
Hoy estoy aquí como senadora de la República, por invitación de ustedes, no para cumplir un mero trámite, no sólo para informar de mis actividades legislativas, estoy aquí para rendirle cuentas a todo el pueblo de México. Esa es mi obligación.
Quien ejerce un cargo debe de rendir cuentas, en lugar de echarle la culpa a otros o simplemente justificarse en el pasado. Rendir cuentas es dar la cara y no recurrir a otros datos ni esconderse detrás de una oficina para evadir la realidad y las responsabilidades.
Debemos hablar de frente, debemos decirles a los mexicanos lo que pensamos, lo que creemos, siempre de frente. Yo hoy los vengo a mirar a los ojos, les voy a hablar con la verdad, vivimos momentos cruciales, no sólo para el país, sino para cada una de nosotras y cada uno de nosotros.
Es el momento de honrar nuestros valores y nuestra historia. Siempre, siempre he defendido sin titubeos las causas y las creencias de los mexicanos.
Aquí y ahora no hay espacio para la cobardía, para la mentira ni para la improvisación. Aquí y ahora vamos a trabajar de la mano juntos.
Quiero que sepan que como senadora de la República mis causas han sido muchas.
Yo sí creo en la congruencia y también creo que una acción vale más que mil palabras. Por eso hoy rindo cuentas de mis decisiones, pero sobre todo de mis acciones.
Hace unos días abracé a Laim y a Getsemaní, dos niños adorables que llenaron mi corazón con sus abrazos y sus palabras. Ellos han padecido el cáncer, como muchos otros niños, han sufrido la falta de medicamentos.
He abrazado a muchas familias a lo largo y ancho de México que lo único que desean es tener medicamentos. Exigen una atención médica, pero una atención médica de calidad. No debería de haber ningún mexicano que no tenga medicinas.
Por supuesto que están contentos de recibir más apoyos, pero no es posible que no tengan medicamentos, que esos niños vayan a los hospitales y no exista la quimioterapia de la que depende su vida.
Por ello, desde el Senado levanté la voz exigiendo medicinas y servicios de salud para todos los mexicanos, incluso propuse el regreso del Seguro Popular y hasta presenté la forma de obtener los recursos.
Mi tía Esperanza, hermana de mi mamá, dedicó su vida a ser empleada doméstica, como se les decía en ese entonces. Tiene siete hijos, para poder trabajar decidió repartir a sus hijos en diferentes casas.
El día que dejó de trabajar salió con una mano por delante y otra por atrás, sin nada más. No tenía un techo, no tenía una pensión, no tenía servicio médico, ni siquiera tenía ahorros.
Su historia es la de miles de mujeres que lavan y planchan ajeno para salir adelante.
Por eso presenté una iniciativa, que ya es una realidad para que todas las trabajadoras del hogar tengan seguridad social.
Lo mismo sucede con muchas personas y, sobre todo, con los jóvenes, que hoy trabajan en plataformas digitales o a distancia. La tecnología cambió la manera de trabajar y con ellos muchos han perdido derechos laborales.
Por eso presenté una iniciativa para que, sin importar su tipo de empleo, todos los trabajadores tengan todos los derechos laborales. Aquí les hablo particularmente a los jóvenes y les digo que he peleado para que haya un Programa Nacional de Vivienda para Jóvenes.
Ustedes merecen tener su propio espacio y su propio patrimonio. Va por los jóvenes.
Coro: ¡Presidenta! ¡Presidenta! ¡Presidenta!
Ing. Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz: Una de mis causas de vida ha sido la defensa de los pueblos indígenas, y ahora también del pueblo afromexicano.
La pobreza ancestral que sufren tiene que ver con la ausencia del pleno cumplimiento a sus derechos: económicos, políticos, sociales, culturales y ambientales.
Por eso presenté la reforma constitucional en materia de derechos indígenas y afromexicanos, para que de una vez por todas pueda ser reconocida su plena autonomía y su derecho a la consulta.
Basta, basta de cuentos. Lamento que el gobierno, teniendo la posibilidad de cumplirles, no haya pasado esta reforma constitucional que tiene décadas pendientes.
Basta que los pueblos indígenas sólo los usen para la foto y el discurso y no se destinen suficientes recursos para su desarrollo.
Con orgullo informo que, como presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas en el Senado, entregaré una Comisión con cero rezago legislativo.
Viniendo desde abajo y saliendo adelante con mucha dificultad, soy la primera convencida en que primero los pobres, pero primero los pobres de verdad.
Para mí los pobres no son votos ni slogans de campaña. Las personas en condición de pobreza son mexicanas y mexicanos que sufren y a los que debemos ayudar para que vivan mejor y darles oportunidades reales para que salgan de la pobreza. Esa es nuestra obligación.
Que se escuche fuerte: nadie, absolutamente nadie puede desaparecer los programas sociales, éstos están en la Constitución.
Yo, Xóchitl, voté a favor de que los programas sociales estén como un derecho constitucional, porque creo en los programas sociales como mecanismo de ayuda, porque sólo así, con oportunidades y un apoyo social, la gente puede salir de la pobreza.
Además, he propuesto que la pensión para los adultos mayores sea a partir de los 60 años, empezando en los municipios de alta y muy alta marginación, porque ahí está la profunda pobreza de este país y ahí la gente vive mucho menos años que el resto del país.
En los últimos meses he visitado la casa de muchos beneficiarios de programas sociales y aunque reciben apoyos y aunque me dicen que es verdad, la verdad es que la pensión está bien y esa debe permanecer y se debe de incrementar.
Lo que no les gusta es que tengan que comprar sus medicinas cuando antes las tenían con el Seguro Popular. Y eso lo hemos propuesto de cómo resolverles.
Desde aquí les digo claro: Los programas sociales se quedan, ni un peso atrás en los programas sociales.
El reto es que ahora, además de los programas sociales, todos los mexicanos, sin importar su origen o condición, tengan salud, educación y oportunidades.
Soy secretaria de la Comisión de Anticorrupción y Transparencia del Senado, mi lucha en ese tema es un compromiso de toda la vida, lo he dicho de muchas maneras, conmigo 100 por ciento de honestidad, 100 por ciento de trabajo y 100 por ciento de capacidad.
En materia de corrupción, tenemos que combatirla, llegó el momento de pasar del discurso a los hechos; he presentado 33 denuncias contra actos de corrupción, sí, como el caso de Segalmex, donde se robaron 15 mil millones de pesos.
No se vale, era el dinero de los más pobres, como el caso de Conade, donde no se cansaron de saquearla.
Basta ya de documentos en lo oscurito guardados ahí en un cajón para el olvido, los ciudadanos deben saber en qué y cómo se invierte nuestro dinero. No es dinero del gobierno, es dinero del pueblo.
Es inaceptable que Dos Bocas haya pasado de costar 160 mil millones de pesos y hoy esté costando 400 mil millones y no hemos sacado ni un bidón de gasolina de esa refinería.
No podemos permitir que la corrupción, la falta de transparencia, la negligencia criminal, sigan constando vidas. Lo vimos con la Línea 12 del Metro, lo vimos con el Colegio Rébsamen, hemos visto que la negligencia criminal también es corrupción y también mata.
Cada vida duele, cada vida que se pierde les duele mucho a las familias, no son cifras, son personas, son familias rotas de dolor; no son una estadística para una conferencia de prensa.
Me reuní con distintos colectivos de madres buscadoras y hoy quiero compartir con todo el pueblo de México la historia de Lidia: Su hijo acaba de cumplir cuatro años que desapareció en Nogales, Sonora; ella todos los días, todos los días sale sola de su casa a buscarlo, porque no encuentra el apoyo del gobierno; incluso, aunque su propia familia le pide que detenga la búsqueda, ella la mantiene, porque para Lidia su hijo sigue formando parte de su corazón.
Como madre de dos hijos puedo imaginar ese dolor, ruego a Dios nunca sentirlo, pero estoy segura que yo tampoco descansaría hasta encontrar a alguien que faltara de mi familia, por eso su lucha es mi lucha y debe ser la lucha de todos.
Ellas saben que cuentan conmigo con todo el corazón, por eso he llevado su voz al Senado, para que las escuchen; pedí formalmente que se destinen recursos para la búsqueda de los desaparecidos, recursos para que se identifique a los cuerpos encontrados, recursos para que no se abandone a las familias que sufren esa tragedia, especialmente los miles y miles de niños huérfanos por la violencia criminal.
Los mexicanos me lo dicen en toda la República: Vivimos con miedo, la violencia y la inseguridad están a la vuelta de la esquina.
Basta de abrazos y no balazos, en seguridad yo he hablado de cabeza, corazón y carácter; cabeza para tener una buena estrategia con visión integral, una estrategia que construya justicia cívica desde la calle, el barrio, la comunidad; una estrategia que apoye a las policías locales como unos aliados fundamentales; una estrategia que considere un acuerdo internacional para combatir el crimen organizado que no reconoce fronteras.
Necesitamos también corazón, corazón para ponernos del lado de las víctimas y encontrar justicia.
Y por supuesto que necesitamos carácter, carácter para aplicar la ley con mano firme, sin distinto, sin excepción, porque la ley sí es la ley.
Que se oiga claro, la ley sí es la ley.
A las mujeres de México les digo: Sus causas son mis causas, por eso marché bajo la hermosa sombra púrpura de las jacarandas con todas mis compas en reforma; defiendo los derechos de las mujeres, exigiendo un alto a la violencia y a la justicia contra el feminicida.
Que quede claro, ningún deudor alimentario y ningún violentador al poder.
He llamado a romper el viejo pacto patriarcal para construir todas juntas, hombres y mujeres, un nuevo pacto, un pacto de amor, un pacto de respeto y un pacto de caminar juntos; un pacto donde hombres y mujeres valgamos lo mismo, aunque seamos diferentes.
Por supuesto que he peleado por la independencia del Poder Judicial, por eso presenté una iniciativa para que nunca se le pueda reducir el presupuesto al Poder Judicial respecto al año anterior; por supuesto que creo en la división de Poderes y todo mi apoyo al Poder Judicial.
Un asunto de vital importancia es el medio ambiente. Ya el secretario general de la ONU nos alertó que pasamos de la era del calentamiento global a la era de la ebullición del planeta.
Sé que el verano pasado estuvo muy caluroso, la mala noticia es que será uno de los veranos más frescos que habremos conocido en los últimos años, esto cada vez se pondrá peor.
He representado al Senado mexicano en las cumbres mundiales de cambio climático y en esas cumbres nos hemos dado cuenta que, si no dejamos de apostarle a los combustibles fósiles, no tendremos mañana.
Lo digo sin titubeos: Debemos abandonar nuestra dependencia a las energías sucias; estamos afectando nuestra salud por esta maldita adicción a los combustibles fósiles; tenemos en nuestro país a algunas de las ciudades más contaminadas del mundo; esta Ciudad de México ya no aguanta tanta contaminación.
Y, además, nos estamos jugando nuestro propio destino, el cambio climático está golpeando brutalmente al campo mexicano, el norte del país está pasando por una de las sequías más dramáticas en la historia, basta un ejemplo de lo que está pasando en Sonora, hoy llueve menos de la mitad de lo que llovía hace unos años.
Para los agricultores de medianos ingresos esta sequía significa que van a terminar en la pobreza y para los campesinos pobres esto significará la miseria.
Pero también habrá consecuencias para los que vivimos aquí en la ciudad, los alimentos serán cada vez más caros y más escasos.
El problema es enorme. Yo estoy convencida que tiene solución, no podemos abandonar a los campesinos, dejarlos solos y dejarlos en manos del crimen organizado. Lo sé de primera mano, me lo dicen los agricultores de Michoacán y los ganaderos del norte y los pescadores del sur.
Por eso, hemos peleado desde el Congreso para que se recuperen los apoyos y los seguros para el campo, para que se respeten los precios de garantía y para que se invierta en infraestructura hídrica. Tengan la certeza que, si tecnificamos el campo, habrá agua para los habitantes de las ciudades.
Más nos vale ponernos a trabajar, si no iniciamos la transición hacia las energías limpias y baratas, además de impedir la llegada de nuevas inversiones, porque quiero que sepan que las nuevas inversiones, esas que traen empleos bien pagados están buscando energía limpia, pero no sólo por las nuevas inversiones, hagámoslo por la vida del planeta, hagámoslo por el futuro de nuestros hijos y de las próximas generaciones.
Un par de días después del impacto del huracán Otis en Guerrero me trasladé hacia el Puerto de Acapulco, donde estuve un par de noches, visité muchas colonias, recorrí varias comunidades del municipio de Coyuca de Benítez, estuve ahí sin darle aviso a la prensa y sin montar un espectáculo, conocí de primera mano el impacto de este terrible huracán y de inmediato puse manos a la obra para sumar y llevar ayuda como una ciudadana cualquiera.
Hoy informo que desde hace dos semanas parte de mi equipo de trabajo, junto más de 100 ciudadanos, todos ellos voluntarios, están actuando con ayuda humanitaria y colaborando con la reconstrucción de Coyuca de Benítez, en Guerrero.
Se han servido alimentos calientes y distribuido despensas, se han limpiado caminos y aquellos espacios públicos que fueron devastados por el huracán, estamos reconstruyendo instalaciones, aclaro que estas despensas las donaron los ciudadanos y nosotros sólo las hicimos llegar.
Muchas gracias a todos ustedes que hicieron posible esta donación.
Además, como senadora, solicité que se creará un fondo con más de 50 millones de pesos para la reconstrucción de Guerrero, asimismo, presentamos la creación de la Agencia Mexicana de Manejo de Emergencias Ambientales, esta agencia lo que busca es de alguna manera que podamos prevenir este tipo de situaciones, esta agencia es una agencia que estudiaría todos aquellos problemas que tienen que ver con el cambio climático.
La verdad, es que en el país no todo está bien, pero tampoco no todo está mal, como senadora lo reconozco, y eso explica mi actuar, yo en varias ocasiones he votado a favor de propuestas de este gobierno, como fue la creación de la Guardia Nacional, estoy convencida que la Guardia Nacional se tiene que fortalecer, pero tiene que apoyar a todos los mexicanos a resolver el grave camino de la inseguridad.
Presenté más de 30 propuestas legislativas en mi paso por el Senado de la República, estas son mis cuentas, pero aún hay mucho por hacer, no debemos dormir tranquilos mientras haya niños y jóvenes siendo reclutados por el crimen organizado, no debemos bajar los brazos mientras haya personas sufriendo y muriendo por problemas de salud, no debemos bajar los brazos mientras los problemas de salud mental estén aquejando a tantos miles de jóvenes.
No debemos estar en paz mientras violen y asesinen a niñas, jóvenes y a mujeres por razón de género y que no se haga justicia para ellas, lo que pasa a otro mexicano también debe de ser nuestra preocupación.
Nos llamamos “Estados Unidos Mexicanos” y por ello los convoco a que estemos unidos mexicanos, somos un solo México, sufrimos igual la falta de salud en Oaxaca, que en Tamaulipas; sufrimos igual la inseguridad en Obregón, Sonora; que en Altamirano, Chiapas; sufrimos igual la falta de educación de calidad para los niños y jóvenes en Nayarit, que en Veracruz, somos un solo pueblo y tenemos que jalar parejo, hagámoslo juntos.
La gran pregunta es si construimos un mejor país o nos quedamos como estamos.
Yo estoy segura de que la gente merece más, que tú mereces más, mereces tranquilidad, atención médica, un buen empleo, una buena vida y un buen futuro.
Es inaceptable que las mujeres mueran en el parto, que no haya vacunas para los niños y que la gente viva con miedo, eso no está bien, no podemos resignarnos a vivir así, merecemos un mejor país, aspiremos a un mejor México, somos y venimos de la cultura del esfuerzo, podemos lograrlo, vamos a lograrlo.
Amigas y amigos:
Hace casi 30 años en este mismo lugar Luis Donaldo Colosio veía un México con hambre y con sed de justicia, hace 30 años.
Hoy eso sigue siendo verdad, millones de mexicanos siguen teniendo hambre de sed y de justicia, tienen hambre de sed y de justicia los migrantes que dejan su tierra para buscar otro país, porque aquí no encontraron las oportunidades.
Tienen hambre de sed y de justicia los campesinos que ante la pérdida de sus cosechas los han abandonado a su suerte, a todos ellos, a todas ellas, les tenemos que dar respuesta y esas respuestas no están en el pasado, porque, como bien decía Heberto Castillo, “no mires de dónde vienes, sino a dónde vas”.
Basta ya de la obsesión con la historia, ahí no está lo que queremos, los mexicanos no queremos vivir en el pasado, queremos construir un futuro brillante.
Yo quiero que mis hijos puedan vivir tranquilos, salir a la calle sin miedo, que tengan una buena educación, que logren sus metas con un trabajo o simplemente que puedan abrir un negocio, que tengan un techo digno, que nunca les falte lo básico, que puedan formar sus familias, pero, sobre todo, que sean felices.
Y eso que quiero para mis hijos lo quiero para todas y todos los mexicanos.
Cito al gran Maquío, “mi lucha no es para que tú creas en mí, no es para que tú creas en mis sueños, sino par que tú crea en ti y creas en tus sueños”.
Yo, Xóchitl Gálvez, lucho y lucharé para que cada uno de ustedes logre sus sueños, esto no se trata de mí, se trata de ti, se trata de todos ustedes.
Y por eso les pido que nuestra lucha sea una lucha de diálogo y no de descalificaciones, les pido que vayamos al encuentro con el otro, que conquistemos almas con la fuerza de la palabra, con la verdad, pero sobre todo con el corazón.
Tratarán de dividirnos, mentirán, dirán mentiras sobre nosotros, pero sobre todo van a mentir sobre la realidad, no vamos a caer en su juego, pero, que quede claro, tampoco nos vamos a dejar.
Cuando digo que la esperanza ya cambió de manos es porque hoy está con nosotros, vive en todos nuestros corazones, tengo la certeza de la esperanza gracias a ustedes, tengo la certeza de la esperanza porque hemos roto el silencio y gritamos nuestras exigencias, y hemos gritado nuestros deseos.
Tengo la certeza de la esperanza porque hemos dejado a un lado las diferencias y hemos puesto a México por encima de todos, esta es la hora de la verdad, la hora de los resultados, no de los pretextos; la hora de la realidad, no de las mentiras; la hora del activismo, no de la propaganda.
Es la hora de luchar con todo el corazón por nuestros padres, nuestros abuelos, por nuestros hijos y por nuestros nietos,
Es la hora de luchar por mujeres y por hombres, por los trabajadores, por los emprendedores.
Si piensan y sienten lo mismo que yo ayúdenme a seguir trabajando, ayúdenme a difundir este informe con toda su fuerza, pero, sobre todo, con todo su corazón.
Servir a México desde el Senado ha sido un honor, hoy estoy lista para emprender nuevos retos, estoy lista con toda mi energía para trabajar sin descanso, estoy lista para servir a mi patria donde el pueblo me lo demande, lo haré con toda la fuerza, con todo el corazón.
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
Más historias
Dirección de Limpia intensifica trabajos de mantenimiento en carretera a Casas Grandes.
Regidoras reconocen a mujeres forjadoras de una vida libre de violencia.
Pinta Control de Tráfico eje central sobre calle Toronja Roja.