La nueva medida permite que cualquier agente policial de Texas detenga a personas sospechosas de haber ingresado ilegalmente al país
El gobernador de Texas Greg Abbott promulgó el lunes una ley que permite a la policía detener a los inmigrantes que crucen ilegalmente la frontera de Estados Unidos y otorga a los jueces locales autoridad para ordenarles que abandonen el país, poniendo a prueba los límites sobre qué tan lejos puede llegar un estado en la aplicación de las leyes migratorias.
Sus detractores han calificado la medida como el intento más drástico por parte de un estado para controlar la inmigración desde la ley de Arizona de 2010 —denunciada por sus críticos como la iniciativa «Muéstrame tus papeles»—, que fue en gran medida anulada por la Corte Suprema federal. La aplicación de las leyes de inmigración es competencia federal, por lo que también es previsible que la ley de Texas sea impugnada rápidamente en los tribunales.
La nueva medida permite que cualquier agente policial de Texas detenga a personas sospechosas de haber ingresado ilegalmente al país. Una vez bajo custodia, pueden acceder a cumplir la orden de un juez estatal y regresar al extranjero, o ser procesadas por cargos menores de ingreso ilícito. Los migrantes que no salgan de Estados Unidos podrían enfrentarse a una nueva detención por cargos de delitos graves.
Abbott, quien promulgó la iniciativa frente a un tramo del muro fronterizo en Brownsville, pronosticó que el número de personas que cruzan ilegalmente hacia Texas caerá «muy por encima del 50%, tal vez el 75%».
«Las consecuencias de hacerlo son tan graves que las personas que están siendo traficadas por los cárteles no querrán venir hacia el estado de Texas», declaró Abbott.
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