La oclusión vascular, fenómeno conocido como trombosis, es un hecho clínico frecuente a lo largo de la vida. En la Unión Europea aparecen unos cien mil casos aproximadamente cada mes.
Desde hace tiempo es conocido que hay numerosos factores que predisponen a la aparición de trombosis en territorios venosos. Por ejemplo, la terapia hormonal sustitutiva en mujeres posmenopáusicas o tratadas de cáncer de mama y la toma de anticonceptivos orales (píldora anticonceptiva) en mujeres jóvenes. También influye la inmovilización, las intervenciones quirúrgicas y determinadas enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso.
Asimismo, hay ciertas situaciones familiares, conocidas como trombofilias hereditarias, que podrían facilitar la aparición de trombosis en determinadas circunstancias.
Por último, se tienen también en cuenta los antecedentes de trombosis previas. Estas personas tienen una mayor predisposición a nuevos episodios trombóticos.
Ahora también AstraZeneca
Como vemos, hay un amplio número de circunstancias favorecedoras de trombosis. Además, en las últimas semanas hemos conocido que la administración de la vacuna de AstraZeneca conlleva un riesgo, aunque muy bajo, de aparición de un fenómeno oclusivo vascular. Se estima un caso por cada cien mil personas que han recibido la primera dosis.
Por eso, últimamente es común atender a preguntas relacionadas con el riesgo de ponerse la vacuna de AstraZeneca. ¿Debemos preocuparnos si vamos a vacunarnos y tenemos una predisposición o antecedentes de trombosis?
Esta es una cuestión importante que necesita ser explicada, aunque seamos reiterativos, porque los factores responsables de la generación de un trombo son muy diversos y complicados. No se pueden simplificar ni mezclar situaciones diferentes.
En la gran mayoría de los casos observados, la trombosis va precedida de una reducción de las plaquetas circulantes (trombocitopenia). Las plaquetas son elementos muy importantes para mantener el equilibrio hemostático. Si se da un descenso relevante, aumenta el riesgo de hemorragia y su activación puede desencadenar y acelerar la coagulación sanguínea y, por tanto, la formación del trombo.
¿Cuál es el mecanismo que hay detrás de los trombos?
¿Cómo se puede explicar el mecanismo que justifique los raros casos donde se han visto los fenómenos de trombocitopenia y trombosis tras la vacunación de AstraZeneca?
La observación clínica de esos pacientes mostró una similitud con un fenómeno también extraño que se da en el aproximadamente 0,1 % de pacientes que reciben heparina. En ellos, a partir de la primera semana de su administración, aparece una reducción variable de plaquetas y, ocasionalmente, se ve acompañada de trombosis graves. El cuadro fue denominado como trombocitopenia inducida por heparina (HIT en sus siglas en inglés).
En un estudio dirigido por el doctor Andreas Greinacher, investigador de la Universidad de Greifswald (Alemania), se produjo un interesante hallazgo al respecto. En los pacientes que sufrieron la complicación, detectaron un anticuerpo contra una proteína plaquetaria conocida como factor 4 plaquetario.
Ese anticuerpo se generaba tras la administración de heparina, que era capaz de desencadenar su aparición por un mecanismo de autoinmunidad. Dicho cuadro se podía diagnosticar con la detección circulante de anticuerpos contra el factor 4 plaquetario.
También se puso de manifiesto que la interacción del anticuerpo, además de reducir el número de plaquetas circulantes al aumentar su destrucción, era capaz de activarlas. Esto justificaba la aparición de trombosis tanto en territorio arterial como venoso.
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