
La noticia de su fallecimiento provocó una oleada de condolencias y mensajes de admiración en sus redes sociales
Familiares y amigos iniciaron la búsqueda de Alejandro Cortés González luego de que se reportara su desaparición el 20 de abril pasado. De acuerdo con los primeros informes, el joven, de apenas 20 años, se lanzó al mar en las playas de Chac Mool, en Quintana Roo, intentando rescatar a una amiga que luchaba contra el fuerte oleaje.
Aunque logró ayudarla, Alejandro no pudo regresar a la orilla. Trágicamente, fue atacado por tiburones que rondaban en el área. Días después, el mar devolvió sus restos óseos a la playa. Fue su propia madre quien, a través de una publicación en Facebook, confirmó que los restos pertenecían a su hijo.
Una vida dedicada al arte y a la búsqueda de la paz interior
Alejandro era conocido por su amor al arte, mismo que compartía en su cuenta de Instagram bajo el nombre «made_w_loves» (hecho con amor). Ahí publicaba sus litografías, muchas de las cuales retrataban su propio rostro. En sus mensajes, solía expresar la manera en que el arte ocupaba un lugar central en su vida, llegando a describirlo como «lo único en lo que puedo pensar».
El arte no solo era su pasión, sino también su forma de alcanzar la paz interior. A través de la meditación, buscaba constantemente un estado de serenidad, y en sus publicacionescompartía su deseo permanente de seguir aprendiendo y explorando todas las formas de expresión artística.
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