
Una serie de denuncias por agresiones físicas y hostigamiento sexual en el equipo de béisbol Indios de Juárez ha desatado una ola de indignación entre la afición y ha provocado el cese del pitcher Jordan Suárez, acusado por su pareja sentimental de haberla golpeado brutalmente. El caso se viralizó en redes sociales, donde también comenzaron a surgir más acusaciones que han puesto en el ojo del huracán a la directiva del equipo.
En particular, el nombre de Oscar Chávez Rangel, actual jurisdiccional de la Zona Uno, ha sido señalado por aficionados y usuarios de redes sociales, quienes lo acusan de participar en actos que “van en contra de las buenas costumbres”. A raíz de estas denuncias públicas, diversas jurisdicciones de la Liga Estatal de Béisbol han manifestado su inconformidad ante el presidente de la liga, Daniel “Chito” Cereceres, a quien exigen la destitución inmediata de Chávez Rangel.
“La situación ha llegado a un punto crítico; no se trata sólo de una mala gestión deportiva, sino de proteger la integridad de las personas que forman parte de este deporte”, comentó de forma anónima un directivo de otra jurisdicción que también pide cambios urgentes.
La indignación se intensifica en Ciudad Juárez, una de las plazas más costosas del estado. La afición local no sólo exige justicia por los casos de violencia, sino también denuncia abusos económicos. Asistir a un juego de los Indios implica gastos que, en algunos casos, triplican los de otras ciudades. Por ejemplo, la compra de un jersey con tarjeta bancaria incluye un recargo del 10 por ciento, una práctica que algunos acusan como un “negocio solapado por las autoridades de Profeco”.
Ante el creciente malestar, se espera que en los próximos días la Liga Estatal emita un pronunciamiento oficial. Mientras tanto, la presión social continúa escalando.
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