
El impacto más inmediato y localizado podría sentirse en las ciudades fronterizas, entre ellas, Tijuana, Ciudad Juárez o Reynosa
Este lunes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un nuevo decreto en busca de poder disminuir los costos de los medicamentos para alinearlos con lo que pagan otros países, y las necesidades del mercado interno.
Aunque todavía no está claro cómo pretende lograrlo, y qué autoridades estarán a cargo de esta medida, Trump sí adelantó una nueva jugada que involucra aranceles, y que, de acuerdo con Eduardo González, profesor del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, vuelve a generar incertidumbre para México, debido a posibles implicaciones económicas, principalmente en las ciudades fronterizas, advirtió.
Y aunque por ahora no hay medidas concretas (característica que ha marcado el segundo mandato de Trump), González señaló quelas repercusiones más directas para nuestro país se darían si Trump decide, por ejemplo, imponer nuevos aranceles a productos farmacéuticos importados desde otros Países para garantizar su política, entre ellos, por supuesto, México.
«La única implicación directa que podría tener es si los aranceles que va a mencionar Donald Trump en los siguientes días le pegan a productos que se fabriquen en México y sean exportados a Estados Unidos», explicó.
El académico apuntó que el impacto más inmediato y localizado podría sentirse en las ciudades fronterizas mexicanas que actualmente se benefician del turismo médico, entre ellas, Tijuana, Ciudad Juárez o Reynosa, las cuales «venden grandes cantidades de medicamentos y servicios médicos a ciudadanos estadounidenses que cruzan la frontera en busca de precios más accesibles».
«Estas ciudades venden muchísimos servicios médicos, dentales, ópticos y medicina que para los norteamericanos resulta mucho más barato comprar en México que hacerlo en San Diego o El Paso», detalló González.
En este sentido, comentó, una baja en los precios de los medicamentos en Estados Unidos podría restar atractivo a estas opciones mexicanas y afectar directamente las economías locales de estas ciudades.
Sin embargo, el académico sugirió también prestar atención a los productos específicos que podrían ser objeto de nuevos aranceles y revisar si estos están incluidos dentro del TMEC. De estarlo, quedarían exentos de las nuevas tarifas, lo que reduciría el impacto sobre la industria farmacéutica mexicana.
En este sentido, México deberá permanecer pendiente si esto llegara a ocurrir, puesto que, si bien el mandatario estadounidense ya ha reculado en aplicar aranceles a los productos que importa de México, esto solo abarca las medidas establecidas en el TMEC, por lo que, si los medicamentos o fármacos no están dentro del tratado, podría iniciar una nueva batalla de negociaciones entre México y Estados Unidos.
De acuerdo las cifras más recientes de Data México, a cargo del Gobierno de México, en 2023, el intercambio comercial total de productos farmacéuticos en el país fue de $10 mil 050 millones de dólares.
Los principales destinos comerciales de Productos Farmacéuticos fueron Estados Unidos (mil 009 millones de dólares), Canadá (193 millones de dólares), Colombia (147 millones de dólares), Brasil (139 millones de dólares) y Panamá (116 millones de dólares).
En 2023, las entidades federativas con más ventas internacionales en Productos Farmacéuticos fueron Ciudad de México (mil 132 millones de dólares), Estado de México (350 millones de dólares), Jalisco (256 millones de dólares), Morelos (233 millones de dólares) y Baja California (126 millones de dólares).
Y de acuerdo con información del Gobierno de México, el país exporta una variedad de medicamentos a Estados Unidos, incluyendo aquellos que contienen alcaloides o sus derivados, antisueros, y algodones, vendas elásticas y gasas recubiertas con sustancias farmacéuticas. Los medicamentos envasados, como los que contienen penicilinas, estreptomicinas, hormonas corticosteroides, alcaloides, vitaminas y otros productos químicos, también son una parte importante de las exportaciones mexicanas de medicamentos a EU.
Sin embargo, antes de adelantar posibles implicaciones arancelarias, explicó el académico del TEC de Monterrey, será necesario analizar las medidas que podría llegar a implementar Donald Trump para cumplir este nuevo decreto, el primero, dijo, en favor de la ciudadanía, y no de intereses personales.
«Finalmente, a poco más de 100 días de la presidencia, firma algo en favor de la gente. Todo lo que había firmado más bien era en contra de la población», comentó.
Según explicó Eduardo González, Donald Trump ha presentado esta acción como una batalla contra los intereses de grandes corporaciones.
«Está actuando en contra de la industria más poderosa del mundo», comentó, pero no sin antes recordar que el mandatario estadounidense muy probablemente está considerando, también, que esta medida «podría estarse reflejando, por supuesto, en las urnas», en el marco de una estrategia política rumbo a las elecciones intermedias de 2026, en busca de favorecer la imagen del partido republicano. «Creo que esta modificación atiende no solamente a la población ni al resultado médico, sino también un asunto electoral», advirtió.
El especialista señaló, por otra parte, que si bien la medida anunciada este lunes ha sido ampliamente aplaudida (aun con las lagunas y dudas que esta deja), no todos dentro del Partido Republicano respaldan esta decisión, pues incluso algunos «republicanos corporativistas» están presionando para que se regresen las concesiones a grandes capitales y se recorten programas sociales.
«Hay un grupo de republicanos que estarían en contra no solamente de lo que está estableciendo Trump sino también de políticas que vienen desde Obama», comentó respecto del «Obama Care» comúnmente conocida como la Ley de Atención Médica Asequible (ACA, por sus siglas en inglés), ley federal de Estados Unidos impulsada en el mandato de Barack Obama que tenía como objetivo expandir el acceso a la atención médica asequible, aunque hasta ahora sin un impacto considerable.
Además, González alertó sobre la oposición de los grupos hospitalarios, que consideran que estas modificaciones podrían poner en peligro la cobertura de seguro médico para muchas personas y que no mejorará el funcionamiento del programa Medicare.
«No podemos leerlo únicamente con la visión de que van a bajar los medicamentos, sino también con los servicios que siguen siendo muy caros y privativos para muchas personas en Estados Unidos», finalizó el especialista respecto de su lectura sobre esta nueva medida.
YC
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